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Uma Vez Mais

Neste vez, eu vou escrever em outro idioma, que, estou seguro, serai mais ou menos ter entendido pela maioria do que estão leendo o meu blog. Sim, já aprendei bastante português para escrever assim.

O que vocês achão?

Pero ya está. Este blog fue creado en español, así que tengo la responsabilidad de expresarme a la manera que hay que seguir.

Los ultimos días fueron muy estresantes para mí, no mucho por el trabajo sino el hecho de que me falta algo inexpresable, tanto que me he dado cuenta: estoy reemplazando este vacío muy extraño con cosas terrenas. Como ya lo saben, tengo algunas cosas a las que tengo pasiones incontrolables. Es decir, como un hombre que necesita afan, amor y todo esto, por culpa del estilo de vida que tenemos como internos, no tenemos mucho tiempo para pasar el tiempo con todos nuestros amigos. Así que, ser interno no sólo un desafío en el que tenemos que aguantar trabajar horas extras sin compensación ninguna, sino también tenemos que manejar nuestras emociones, teniendo en cuenta las ocasiones en las que nos han gritado los pacientes, los residentes, los otros funcionarios hospitalarios.

Rogad por mí en esta necesidad mía. Ya me doy cuenta que "sólo Dios basta."
Y nada me turbe.
Nada me asuste.

Ya soy un interno

Desde hace una semana exactamente, empezamos un nuevo paso que nos lleva al fin de ser un licenciado de medicina. Ya hemos empezado nuestro internado.

Desde de que yo me he dado cuenta de que ya no soy un estudiante (esto llevó a cabo a las últimas semanas de marzo), me he sentido muy emocionado imaginandome los varios cambios que llegarán y buscarán sus propios lugares en mi vida ya mucho complicado. Sí, aunque tenga un idea de que ser un interno será un paso en el que se lleva respponsabilidades más pesadas, es en este paso en el que se da cuenta que se ha terminado ser estudiante. Es tiempo de prepararse, estudiar, y asegurarse que todo que se hace sería para mantener la salud de los pacientes.

Es tiempo de ser serio. Porque ahora, no estoy sirviendo a los pacientes como si fueran sólo libros para estudiar. Tienen vidas propias, rotas por culpa de enfermedad, y a ellos tenemos la obligación de servir con mucho corazón, con mucha compasión.