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Tres Días. Un Post.

Hospital General de Filipinas (Philippine General Hospital, PGH),
Avenida Taft, Manila
22 de enero

Estoy aquí en un lugar donde se oye mucho ruido, gritos por los pacientes que se reían antes o después de un procedimiento medico, y el viento que se producen los ventiladores gigantescos. Esta es la sala de urgencia.

Ahora, me toca estar en turno de guardia para ayudar a los pacientes que necesitan mi atención medical. Como los que trabajan en este ámbito, los doctores no pueden tardar ni perder tiempo para responder a los que les necesiten en urgencia. Lo he aprendido en una manera muy dura; ya he enfrentado a muchas situaciones en que me he puesto ayudar a un paciente en su peor condición.

Por casualidad de sus efectos, para que nosotros que estamos trabajando en la sala no nos volvamos locos por culpa de estrés y agotad, se ha mantenido unas costumbres para segurar que no tendremos una noche llena de atender a pacientes. Sí, tenemos la obligación de atenderles a nuestros pacientes, pero, nosotros sí somos humanos, y necesitamos descansar y respirar un poco. Una de estas costumbres es comprar y compartir un tub de helado, y no servir un plato de pancit, tallarines o algo así.

Ya veremos si estas sugerencias tienen razón. Acabo de subir dos pacientes que se tiene pendiente estar operados por nuestros señores. Y uno de los problemas que tienen todos que acuden a nuestro hospital es el escaso de dinero. Ya me doy cuenta de este hecho muy imprescindible por culpa de un bantay (compañero) que se le ha olvidado comprar una herramienta de cirugía. El hecho de que se tiene comprar estas cosas que debería ser gratis es una de las ironías más desechables de este sistema de atención de salud que tenemos aquí en Filipinas. No sé si todo que estamos haciendo para evitar lo casi inevitable se vale la pena, pero, por lo menos, nos estamos dando estas cosas como una sábana de seguridad, o algo así.

23 de enero

Mientras escribir esta entrada, me he caminado muchos metros aunque esta distancia se rodeada por sólo dentro de la sala de urgencia. Uno que está trabajando en esta sala camina por muchas veces, y por muchas razones: conseguir las carpetas de los pacientes, cuidar a los pacientes que necesitan más atención y seguir a los señores que están revisando a los pacientes que tienen. He empezado esta entrada hace 8 horas, y por fin ya he conseguido una otra oportunidad para escribir. Es muy impresionante que he escrito esta entrada dentro de un día de estar en turno de guardia, pero mucho mas interesante es que cómo este trabajo se alude a la vida que todos los médicos tenemos, y todos los que van a elegir la medicina como carrera propia tendrán. Siempre se ve los dramas de House, Gray's Anatomy y todos que destaca el trabajo que hacemos. Antes, yo estaba con los otros que se imaginaban cómo vivir dentro de este mundo, a través de estos shows. Pero no, el mundo medical es mucho, mucho más difícil, e interesante.

25 de enero

He terminado este post con mucha dificultad, no sólo porque no he tenido tiempo para escribirlo continuamente, sino también me costó trabajo pensar qué palabras caben para expresar lo normalmente suelo escribir en otro idioma. Digamos que esta es una lucha para alcanzar mi meta de dominar este idioma y, en el porvenir, ser escritor de este idioma. Y siento que será una lucha que está en punto de vencer. Premio de Asturias, ¡espérame!

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